La Luna es millones de años más antigua de lo que creíamos, según científicos

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El astronauta científico Harrison H Schmitt en la Luna durante la misión Apolo 17 en 1972. Fotografía: Nasa/Reuters
El astronauta científico Harrison H Schmitt en la Luna durante la misión Apolo 17 en 1972. Fotografía: Nasa/Reuters

Alguna vez ha mirado a la reluciente luna en medio del oscuro cielo satinado por la noche y se ha preguntado: "¿Cómo y cuándo ha llegado hasta ahí?". ¿Qué diferente sería la vida en la Tierra sin ella?

Un equipo de investigadores ha dado un paso importante para desentrañar el viejo enigma de los orígenes de la Luna. 

Hace más de 4.000 millones de años, en los albores de nuestro sistema solar, un objeto del tamaño de Marte se estrelló contra nuestro planeta y dio origen a la Luna. A partir de muestras lunares traídas a la Tierra por los astronautas del Apolo en 1972, el equipo ha descubierto que la Luna tiene en nuestro cosmos la asombrosa edad de ¡4.460 millones de años!

"Estos cristales son los sólidos más antiguos conocidos que se formaron tras el impacto gigante. Y como sabemos cuántos años tienen estos cristales, sirven de ancla para la cronología lunar", declaró Philipp Heck, Conservador Robert A Pritzker de Meteorítica y Estudios Polares del Museo Field, y autor principal del estudio recién publicado, en un comunicado.

La génesis de este descubrimiento se remonta a un esfuerzo de colaboración dirigido por Jennika Greer, autora principal del estudio, que junto con Heck y otros colegas, incluidos los coautores Bidong Zhang y Audrey Bouvier, buscaron una perspectiva a nanoescala de las muestras lunares para desvelar sus secretos.

Las muestras de polvo lunar utilizadas en este estudio recogidas durante la misión Apolo 17 contienen diminutos cristales que se formaron hace miles de millones de años. En estos fragmentos lunares se encuentra la clave para comprender la edad de la Luna. 

La energía del impacto del objeto del tamaño de Marte contra la Tierra sometió la superficie de las rocas a un alto grado de calor, provocando su fusión. "Cuando la superficie estaba así de fundida, los cristales de circón no podían formarse y sobrevivir", explicó Heck.

"Así que cualquier cristal en la superficie lunar debe haberse formado después de que este océano de magma lunar se enfriara". Dado que estos cristales se formaron después de este impacto, su edad revelaría la edad mínima posible de la Luna.

Un grano de circón en una de las muestras lunares. (Fotografía cortesía de Jennika Greer)
Un grano de circón en una de las muestras lunares. (Fotografía cortesía de Jennika Greer)

Este estudio supuso el primer uso de un método analítico novedoso, la tomografía de sonda atómica. "Empezamos afilando un trozo de la muestra lunar hasta obtener una punta muy afilada, utilizando un microscopio de haz de iones focalizado, casi como un sacapuntas muy elegante", explicó Jennika Greer, explicando el proceso. 

"A continuación, utilizamos láseres ultravioleta para evaporar los átomos de la superficie de la punta. Los átomos pasan por un espectrómetro de masas, y la velocidad a la que se mueven nos dice lo pesados que son, lo que a su vez nos dice de qué están hechos".

Este análisis meticuloso, átomo por átomo, realizado en la Universidad Northwestern, reveló cómo los átomos de los cristales de circón habían sufrido una desintegración radiactiva. Este proceso de desintegración convierte elementos inestables, como el uranio, en otros más estables, como el plomo. Estudiando las proporciones de estos isótopos en las muestras, los científicos pueden determinar su antigüedad.

La punta afilada de una muestra de circón lunar. (Fotografía cortesía de Jennika Greer)
La punta afilada de una muestra de circón lunar. (Fotografía cortesía de Jennika Greer)

Heck compara acertadamente este proceso de datación radiométrica con un reloj de arena, en el que la acumulación de arena en el bulbo inferior significa el paso del tiempo. Del mismo modo, la datación radiométrica se basa en la medición de la transformación de átomos padres en átomos hijos, lo que permite a los investigadores determinar la edad de la muestra.

Las proporciones de isótopos de plomo medidas llevaron a la sorprendente conclusión de que la muestra lunar tiene aproximadamente 4.460 millones de años, estableciendo la edad mínima de la Luna.

"Es asombroso poder tener la prueba de que la roca que tienes en la mano es el trozo más antiguo de la Luna que hemos encontrado hasta ahora. Es un punto de anclaje para muchas preguntas sobre la Tierra. Cuando se conoce la edad de algo, se puede comprender mejor lo que le ha sucedido a lo largo de su historia", afirma Greer.

Sin la Luna, la vida en la Tierra sería sin duda muy distinta. Nuestros días tendrían una duración diferente, nuestras mareas fluirían y refluirían de forma distinta. Nuestra historia está entrelazada con la de la Luna.

Fuentes, créditos y referencias:

Fuente: Museo Field vía EurekAlert

La investigación se publicará en Geochemical Perspectives Letters.

Originalmente publicado en Interesting Engineering. Leer el artículo original aquí.

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