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El ratón orejudo puede vivir en cumbres andinas donde no crecen plantas. Crédito: Marcial Quiroga-Carmona |
Imagina vivir en un paisaje helado, árido y ventoso, donde el aire es tan delgado que apenas puedes respirar y la temperatura nunca supera el punto de congelación. Parece una pesadilla, ¿verdad? Pues no lo es para unos ratoncillos que viven en las cumbres de algunos de los volcanes más altos del mundo.
Científicos han descubierto recientemente que una especie de ratón orejudo, llamado Phyllotis vaccarum, puede sobrevivir y prosperar en las cumbres de los volcanes andinos que se elevan a más de 6.000 metros sobre el nivel del mar. Estos volcanes se encuentran en la meseta de Atacama, en Chile y Argentina, y se considera que son "lo más parecido a la superficie de Marte que hay en la Tierra".
El descubrimiento de estos ratones fue una enorme sorpresa para los investigadores, que hasta entonces habían pensado que ningún mamífero podía vivir a altitudes tan extremas. Los únicos animales conocidos que habitan estas cumbres volcánicas son insectos y arañas.
Los investigadores encontraron por primera vez ratones momificados en la cima del Volcán Salín en la década de 1970, e inicialmente supusieron que habían sido llevados allí por los antiguos incas, que solían realizar rituales de sacrificio en estas montañas. Sin embargo, en 2020, capturaron un ejemplar vivo de ratón orejudo en la cima del Llullaillaco, un volcán que se alza a 6.000 metros de altura y es el yacimiento arqueológico más alto del mundo. Esta fue la primera prueba de que estos ratones realmente escalaban estas montañas por sus propios medios.
Desde entonces, los investigadores han buscado en las cumbres de 21 volcanes y han encontrado 13 ratones en las cimas de múltiples volcanes de más de 6.000 metros. También analizaron los rasgos genéticos y fisiológicos de estos ratones, y descubrieron que pertenecen a la misma especie que los que viven a menor altitud en la región. Esto significa que estos ratones han desarrollado notables adaptaciones para hacer frente a las duras condiciones de los volcanes.
Algunas de estas adaptaciones son el aumento de los niveles de hemoglobina para transportar más oxígeno en la sangre, el agrandamiento del corazón y los pulmones para bombear más sangre y aire, y una mayor tasa metabólica para generar más calor². Los investigadores también especulan con la posibilidad de que estos ratones tengan algunas estrategias de comportamiento para sobrevivir, como acurrucarse para calentarse, esconderse bajo las rocas para refugiarse y alimentarse de insectos y plantas que crecen cerca de los respiraderos geotérmicos.
El descubrimiento de estos ratones tiene importantes implicaciones para comprender los límites de la vida en la Tierra y más allá. Los investigadores sugieren que estos ratones podrían servir de modelo para estudiar cómo los mamíferos pueden adaptarse a entornos extremos, como los de Marte u otros planetas. También esperan que sus hallazgos inspiren más esfuerzos de conservación para proteger a estos animales únicos y resistentes de amenazas como el cambio climático, la pérdida de hábitat y las perturbaciones humanas.
Los investigadores tienen previsto proseguir su exploración de estas cumbres volcánicas y buscar más indicios de vida mamífera a gran altitud. También esperan saber más sobre la ecología, evolución e historia de estos ratones, y cómo consiguieron conquistar algunos de los lugares más inhóspitos de la Tierra.
Fuentes, créditos y referencias: