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Las lampreas del Jurásico utilizaban sus ventosas dentadas para consumir la carne de sus presas, una estrategia que les permitió crecer más que sus antepasados.Crédito: Heming Zhang |
Los científicos han descubierto dos nuevas especies de lampreas, un grupo de peces sin mandíbulas famosos por sus hábitos parasitarios de chupar la sangre o la carne de sus presas. Los fósiles, que datan del Jurásico, hace unos 160 millones de años, revelan que estas antiguas lampreas eran mucho más grandes y depredadoras que sus parientes modernas.
Las lampreas son uno de los grupos de vertebrados vivos más antiguos, ya que evolucionaron hace unos 360 millones de años. Tienen un ciclo vital característico que consta de una fase larvaria que filtra el alimento del agua, una fase juvenil que se adhiere a otros animales y se alimenta de ellos, y una fase adulta que se reproduce y muere. Las lampreas tienen una boca circular con filas de dientes afilados y una lengua que puede abrir agujeros en sus víctimas. Algunas lampreas también segregan anticoagulantes para mantener la sangre fluida.
"Las lampreas tienen un gran peso en el estudio de la evolución de los vertebrados", escriben Wu, Janvier y Zhang en el artículo publicado.
Los fósiles de la nueva especie de lamprea se hallaron en un yacimiento fósil del noreste de China, conocido como la Biota de Yanliao. Este yacimiento es famoso por la excepcional conservación de diversos animales, como dinosaurios, pterosaurios y mamíferos primitivos. Los fósiles de lamprea se encuentran entre los mejor conservados jamás encontrados, con sus discos orales y estructuras de mordedura intactas.
Los investigadores denominaron a las nuevas especies Yanliaomyzon occisor e Y. ingensdentes, que significan "asesino" y "dientes grandes" en latín y griego, respectivamente. Y. occisor era la mayor de las dos, medía unos 64 centímetros de largo, lo que la convierte en la lamprea fósil más grande jamás encontrada. Y. ingensdentes era más pequeña, pero tenía dientes más prominentes.
La característica más llamativa de las nuevas lampreas era la disposición de sus dientes, que se parecía a la de una especie moderna de lamprea carnívora del hemisferio sur. Los fósiles tenían grandes dientes en el disco bucal y otros más pequeños en la lengua, lo que sugiere que utilizaban ambos para arrancar trozos de carne de sus presas. Esto contrasta con las lampreas hematófagas, que tienen dientes más pequeños en el disco bucal y más grandes en la lengua, que utilizan para perforar y raspar.
"Los huesos y restos óseos apuntan a un hábito carnívoro de estas lampreas fósiles", escribe el equipo, "lo que las convierte en los registros más antiguos de su grupo con un modo de alimentación claramente especificado hasta ahora".
Los investigadores concluyeron que las nuevas lampreas eran carnívoras y que este modo de alimentación evolucionó antes de lo que se pensaba. También sugirieron que las nuevas lampreas eran depredadores más activos que sus congéneres modernas, que tienden a ser carroñeros oportunistas o parásitos. Las nuevas lampreas podían cazar en grupo o cooperar con otros depredadores para atacar presas más grandes.
El descubrimiento de la nueva especie de lamprea arroja luz sobre la historia evolutiva y la ecología de este antiguo grupo de peces. También revela que el Jurásico fue una época de diversificación e innovación para las lampreas, ya que se adaptaron a distintos entornos y tipos de presas. Las nuevas lampreas también demuestran que los mares del Jurásico estaban llenos de peligros, incluso para animales que hoy se consideran depredadores.
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