Los niños de las sociedades cazadoras-recolectoras de la Edad de Piedra eran mejor criados que los modernos

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Un campamento Mbendjele en la selva tropical del Congo. Crédito: Dr Nikhil Chaudhary
Un campamento Mbendjele en la selva tropical del Congo. Crédito: Dr Nikhil Chaudhary

Una investigación dirigida por un antropólogo evolutivo de la Universidad de Cambridge descubrió que los bebés de los cazadores-recolectores reciben cuidados atentos y contacto físico durante unas nueve horas al día de hasta 15 cuidadores distintos.

El Dr. Nikhil Chaudhary afirma que, durante la mayor parte de la historia evolutiva de nuestra especie, las madres probablemente tuvieron mucho más apoyo del que tienen actualmente en países occidentales como el Reino Unido.

Afirma que los recientes cambios en la política británica muestran que el cuidado de los niños se está convirtiendo en una prioridad para el gobierno, lo cual es un paso adelante, pero hay que hacer más para garantizar el bienestar de madres e hijos.

Muchos aspectos de nuestra psicología han evolucionado para ser flexibles, en lugar de adaptarse mejor a un modo de vida concreto", afirma Chaudhary. Aún se debate hasta qué punto esto es cierto en la crianza de los hijos".

Para la última investigación, el Dr. Chaudhary y su colega, el Dr. Salali, trabajaron con cazadores-recolectores Mbendjele BaYaka que residen en la República del Congo, y han analizado e interpretado los resultados junto con una psiquiatra infantil, la Dra. Annie Swanepoel.

En el nuevo artículo, publicado en Developmental Psychology, los investigadores afirman que los niños pueden estar "evolutivamente preparados" para esperar niveles excepcionalmente altos de contacto físico y cuidados, así como atención personal de varios cuidadores además de sus padres biológicos.

Al considerar las implicaciones para los países occidentales, los autores destacan que debe darse prioridad a la prestación de un apoyo asequible y de alta calidad para el cuidado de los niños, que vaya más allá de una supervisión eficaz. Un mayor número de cuidadores por niño y la estabilidad de los cuidadores clave en guarderías y centros de atención institucional pueden ser importantes para minimizar los riesgos para el bienestar.

En las comunidades de cazadores-recolectores observadas, los cuidados van mucho más allá de los padres, según los investigadores. Los niños suelen tener más de 10 cuidadores y, en ocasiones, 20 o más, y normalmente el sistema de apoyo de una madre ayudaría a responder a más de la mitad de los episodios de llanto de su bebé, que puede ser uno de los aspectos más difíciles de la crianza.

El estudio descubrió que era habitual que los niños mayores y los adolescentes se implicaran mucho en el cuidado de los bebés, lo que servía de apoyo a las madres y proporcionaba a estos jóvenes cuidadores una valiosa experiencia. Los investigadores especulan con la posibilidad de que esto aumente su confianza como cuidadores y quizá les ofrezca cierta protección contra la ansiedad que suelen experimentar los padres primerizos.

Los autores también señalan que en las sociedades occidentales es frecuente que las guarderías se utilicen simplemente para que los padres puedan trabajar, pero insisten en que las guarderías deben ofrecer a los padres un verdadero descanso. Sostienen que, a lo largo de la historia y la prehistoria de la humanidad, los padres nunca han estado tan presionados como ahora en términos de falta de apoyo.

Sin embargo, ambos regímenes sólo están disponibles para las familias trabajadoras y contribuyen aún más a que las guarderías sólo estén disponibles para que los padres ocupen el tiempo "liberado" trabajando, en lugar de descansando.

En los grupos de cazadores-recolectores observados, la proporción entre cuidadores y niños era de más de cinco a uno, mientras que en las guarderías del Reino Unido cada adulto es responsable de numerosos niños. De hecho, la normativa sobre la proporción de adultos por niño en los centros de educación infantil se ha reducido recientemente para los niños de dos años a un cuidador por cada cinco niños, lo contrario de lo que los investigadores observaron en las comunidades Mbendjele.

A pesar del elevado número de cuidadores, el estudio sugiere que los niños pueden adaptarse a tener un conjunto estable de cuidadores principales dentro de esta red más amplia. Los niños mbendjele se benefician del cuidado suplementario de muchas personas, pero conservan el acceso a la atención personal y la constancia de un puñado de cuidadores clave.

Según Chaudhary, esto coincide con investigaciones anteriores que sugieren una posible relación entre la inestabilidad de los cuidadores y los problemas de desarrollo emocional y cognitivo. A Chaudhary le preocupa que muchas guarderías y centros educativos del Reino Unido se enfrenten en la actualidad a una crisis de personal y dependan siempre de personal contratado por agencias.

Fuentes, créditos y referencias:

Sensitive Responsiveness and Multiple Caregiving Networks Among Mbendjele BaYaka Hunter-Gatherers: Potential Implications for Psychological Development and Well-Being, Developmental Psychology (2023). DOI: 10.1037/dev0001601

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