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El delfín Dolly apoya la mandíbula en una barra metálica. El montaje se utilizó para probar el sentido de electrorrecepción del delfín en una serie de experimentos. Imagen: Tim Hüttner |
Equipados ya con un impresionante sistema de sonar, nuevas investigaciones revelan que los delfines tienen una capacidad adicional que evoluciona a medida que maduran en el espacio donde antes estaban sus bigotes de bebé. Este súper sentido puede ayudarles a navegar y encontrar fuentes de alimento ocultas.
La capacidad sonora de los delfines, conocida como ecolocalización, es bastante legendaria en el reino animal. Esta capacidad es tan precisa que los mamíferos, que técnicamente son ballenas, pueden utilizarla para distinguir entre una pelota de golf y una de ping-pong bajo el agua basándose en las densidades de ambos objetos. Pero ahí no acaban sus impresionantes habilidades.
También tienen ojos que les permiten ver en dos direcciones a la vez; piel que segrega un gel antibacteriano para protegerse de parásitos y percebes; pueden conseguir suficiente empuje para alcanzar los 50 km/h; y apagan la mitad de su cerebro a la vez para poder descansar. Un estudio de 2019 también reveló que tienen súper sistemas inmunes que les otorgan protección contra las bacterias resistentes a los antibióticos. Ahora, un nuevo estudio de la Universidad de Rostock (UR) en Alemania añade otra impresionante habilidad a la lista de poderes del delfín: la capacidad de sentir campos eléctricos débiles.
Dos investigadores de la UR observaron de cerca los pequeños hoyos que quedan después de que los delfines mulares jóvenes se desprenden de los finos bigotes con los que nacen. Se dieron cuenta de que las fosas se parecían a las mismas estructuras que permiten a los tiburones detectar campos eléctricos y diseñaron un estudio para ver si funcionaban de la misma manera en los delfines.
Primero entrenaron a dos delfines del zoo de Núremberg para que apoyaran las mandíbulas en una barra metálica sumergida en una piscina. A continuación, los adiestraron para que se alejaran nadando cuando sintieran que se producía una corriente eléctrica justo por encima de sus hocicos. Uno de los delfines era capaz de percibir señales de tan sólo 5,5 microvoltios/cm, mientras que el otro era aún más sensible, detectando una corriente de 2,4 microvoltios/cm. Un microvoltio equivale a la millonésima parte de un voltio.
Los delfines también mostraron un alto grado de sensibilidad cuando los investigadores pulsaron la corriente eléctrica en lugar de mantenerla constante. Esto, dicen, se asemeja más al tipo de campo eléctrico débil e inconstante que emitirían los peces de los que se alimentan los delfines.
"La sensibilidad a los campos eléctricos débiles ayuda al delfín a buscar peces escondidos en el sedimento en los últimos centímetros antes de capturarlos", explica Guido Dehnhardt, coautor del estudio. Esto es muy distinto del uso de este sentido en los tiburones, que pueden utilizarlo para detectar los campos eléctricos de peces situados a una distancia de hasta 70 cm".
Los investigadores también creen que esta capacidad, conocida como electrorrecepción, podría ayudar a los delfines a navegar utilizando el campo magnético terrestre y que podría explicar el varamiento ocasional de estos animales en las playas debido a las fluctuaciones de este campo.
Fuentes, créditos y referencias:
Fuentes: La Compañía de Biólogos, New Atlas