¿Podemos dejar que TikTok o Instagram elijan nuestro menú informativo?

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Vivimos una época de cambio tecnológico y social acelerado, pero, sobre todo, de erosión de la confianza. La vertiginosa rapidez del cambio social la condiciona.

El advenimiento de sociedades hiperconectadas, dotadas de redes sociales, teléfonos inteligentes y conexiones de banda ancha está cambiando la confianza, antes basada en el estatus y la proximidad.

Hoy, los consumidores pierden la confianza en sus marcas; los votantes, en sus políticos; las audiencias, en los medios; los empleados, en sus jefes y empresas, y así sucesivamente. La confianza es quebradiza: cuesta adquirirla pero se pierde rápidamente. Por usar una metáfora, sube lentamente, como en la subida a una montaña elevada, pero se pierde deprisa, como cuando se baja en ascensor.

El barómetro de Edelman en 2023 abundó en las mismas cuestiones bajo el significativo título de “Abriendo caminos en un mundo polarizado”.

La confianza en los medios se ha visto particularmente afectada. A nivel mundial, hay una brecha de 11 puntos entre la confianza en los empresas (62 %) y la confianza en los gobiernos (51 %), y 12 con los medios (50 %). Los medios tienen su cuota de responsabilidad en este panorama. En una situación de pánico financiero en el sector, las empresas de comunicación, más necesitadas de audiencia, apelan al partidismo o caen en el clickbait. Promueven informaciones que fomentan la división pensando que lograrán el anhelado incremento de audiencias, pero la calidad y los contenidos de interés escasean.

El avance de las redes sociales

Una encuesta específica del Eurobarómetro, publicada por el Parlamento Europeo el 17 de noviembre, analiza los hábitos de uso de los medios, incluyendo la confianza que suscitan los contenidos. Se trata de datos valiosos en un contexto polarizado cuando preocupa la difusión de noticias falsas.

El 68 % de los encuestados recuerda haber obtenido recientemente noticias sobre la Unión Europea a través de la prensa, Internet, la televisión o la radio, con variaciones notables entre los Estados miembros, que oscilan entre el 49 % en Francia y el 87 % en Croacia y Rumanía.

El porcentaje de encuestados que han leído, visto u oído recientemente algo sobre la UE aumenta ligeramente con la edad; los hombres (76 %) son más propensos que las mujeres (60 %) a responder de esta manera, al igual que los encuestados con más nivel educativo. Para el 71 % de los encuestados, la televisión sigue siendo uno de los medios más utilizados para acceder a noticias en la última semana, seguida (a distancia) por la prensa en línea (42 %). La radio y las plataformas de redes sociales (ambas con un 37 %) comparten la tercera posición, seguidas por la prensa escrita (21 %).

En comparación con la encuesta de Medios y Noticias del Parlamento de 2022, hay un aumento de once puntos porcentuales en la proporción general de encuestados que utilizan plataformas de redes sociales para acceder a noticias; se observan incrementos menores en el uso de aplicaciones de mensajería (+5 puntos), plataformas de vídeo (+4) o podcasts (+2).

El aumento del uso de estos medios se observa en todos los grupos de edad y en la mayoría de los Estados miembros. Los ciudadanos ven cada vez más las plataformas de noticias en línea y los canales de redes sociales, incluidos los influencers, como fuentes dignas de confianza.

Lo que ven, oyen y leen en diversos medios influye en las percepciones ciudadanas sobre la Unión Europea y el Parlamento. La encuesta del Eurobarómetro presenta una mirada en profundidad al uso y los hábitos mediáticos de los ciudadanos, analizando tanto medios tradicionales como medios en línea.

¿Ayudarán TikTok e Instagram a comprender los problemas de nuestra casa común?

Se trata de resultados valiosos para seguir pensando sobre medios, confianza y desinformación en la Unión Europea, cuando apenas quedan unos meses para las elecciones europeas (6-9 de junio) y que van en línea con las investigaciones que publican fuentes de prestigio estadounidenses como Pew Research.

En Estados Unidos, el consumo de noticias ha pasado en tres años del 22 % al 43 % de los adultos que usan TikTok y se sitúa ya al nivel de los usuarios de Facebook. En el caso de Instagram, el consumo de noticias pasa del 28 % al 34 % de sus usuarios desde 2020.

Entre los jóvenes estadounidenses, los medios sociales merecen tanta confianza como los medios tradicionales de ámbito nacional. De acuerdo con otro estudio reciente de Pew, el 50 % de los menores de 30 años confían en ellos (la cifra ha subido seis puntos desde 2016), cuando la media entre los adultos es de apenas el 33 %.

El avance del número de personas que se informan en las redes parece un arma de doble filo. Por una parte, se amplían los públicos que se familiarizan con los contenidos informativos. Pero por otra, ¿será TikTok una buena manera de comprender los grandes temas que afectan a nuestra casa común? Con las redes tenemos un problema: todos son periodistas pero faltan editores.

La experiencia de Twitter (hoy X) nos ha mostrado hasta qué punto las redes contribuyen a las “cámaras de eco” que ahondan la polarización. Se hace necesario que la alfabetización mediática de la ciudadanía suba varios peldaños.

The Conversation

Francisco J. Pérez Latre ne travaille pas, ne conseille pas, ne possède pas de parts, ne reçoit pas de fonds d'une organisation qui pourrait tirer profit de cet article, et n'a déclaré aucune autre affiliation que son organisme de recherche.


Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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