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Las hormigas cultivan múltiples especies de hongos para alimentarse, pero la historia de la coevolución hongo-hormiga es poco conocida. En un nuevo estudio publicado esta semana en la revista Science, los investigadores descubren que la agricultura hongo-hormiga se originó hace aproximadamente 66 millones de años, cuando el impacto de un asteroide a finales del Cretácico interrumpió temporalmente la fotosíntesis, provocando extinciones masivas globales pero favoreciendo la proliferación de hongos.
Cerca de 250 especies diferentes de hormigas de América y el Caribe cultivan hongos.
Los entomólogos organizan estas hormigas en cuatro sistemas agrícolas en función de sus estrategias de cultivo.
Las hormigas cortadoras de hojas se encuentran entre las que practican la estrategia más avanzada, conocida como agricultura superior.
Estas hormigas cosechan trozos de vegetación fresca para proporcionar sustento a sus hongos, que a su vez cultivan alimentos para las hormigas llamados gongylidia.
Este alimento ayuda a alimentar complejas colonias de hormigas cortadoras de hojas que pueden llegar a contar por millones.
En la investigación, el Dr. Schultz y sus colegas analizaron datos genéticos de 475 especies de hongos y 276 especies de hormigas para elaborar árboles evolutivos detallados.
Esto permitió a los investigadores precisar cuándo empezaron las hormigas a cultivar hongos hace millones de años, un comportamiento que algunas especies de hormigas siguen mostrando hoy en día.
Los datos revelaron que las hormigas y los hongos han estado entrelazados durante aproximadamente 66 millones de años. Más o menos en la época en que un asteroide chocó contra la Tierra a finales del Cretácico.
Esta colisión cataclísmica llenó la atmósfera de polvo y escombros, que bloquearon el Sol e impidieron la fotosíntesis durante años.
La extinción masiva resultante acabó con aproximadamente la mitad de todas las especies vegetales de la Tierra en aquel momento.
Sin embargo, esta catástrofe fue una bendición para los hongos. Estos organismos proliferaron al consumir la abundante materia vegetal muerta que cubría el suelo.
La reina y las obreras de la especie de hormiga recolectora de hongos Atta cephalotes, recolectadas en Panamá, en su jardín de hongos de cultivo superior. Fotografía: Karolyn Darrow. |
«Los fenómenos de extinción pueden ser catastróficos para la mayoría de los organismos, pero también pueden ser positivos para otros», explica Schultz.
«Al final del Cretácico, a los dinosaurios no les fue muy bien, pero los hongos vivieron un apogeo».
El estudio también reveló que las hormigas tardaron casi otros 40 millones de años en desarrollar después la agricultura superior.
Los autores pudieron rastrear el origen de esta práctica avanzada hasta hace unos 27 millones de años.
En esa época, un clima que se enfriaba rápidamente transformó los entornos de todo el planeta.
En Sudamérica, los hábitats más secos, como las sabanas arboladas y las praderas, fracturaron grandes franjas de bosques tropicales húmedos.
Cuando las hormigas sacaron los hongos de los bosques húmedos y los llevaron a zonas más secas, los aislaron de sus poblaciones ancestrales salvajes.
Los hongos aislados pasaron a depender por completo de las hormigas para sobrevivir en las condiciones áridas, marcando el rumbo del sistema de agricultura superior que practican las hormigas cortadoras de hojas en la actualidad.
«Las hormigas domesticaron estos hongos del mismo modo que los humanos domesticaron los cultivos», explica Schultz.
«Lo extraordinario es que ahora podemos datar cuándo las hormigas superiores cultivaron originalmente los hongos superiores».