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El detector Juno en posición en el Observatorio Subterráneo de Neutrinos de Jiangmen, provincia de Guangdong. Fotografía: Xinhua |
En un notable logro científico, China ha concluido con éxito la construcción del mayor detector esférico transparente del mundo, enterrado 700 metros bajo tierra en Jiangmen, provincia de Guangdong. Este monumental proyecto, conocido como Observatorio Subterráneo de Neutrinos de Jiangmen (JUNO, por sus siglas en inglés), tiene como objetivo capturar las escurridizas partículas llamadas neutrinos, a menudo denominadas «partículas fantasma» por su capacidad para atravesar la materia ordinaria sin ser detectadas.
Los enigmáticos neutrinos
Los neutrinos son partículas fundamentales increíblemente difíciles de detectar porque rara vez interactúan con la materia. Estas partículas fantasmales son la clave para comprender algunos de los misterios más profundos del universo, como los procesos que rigen la formación de las estrellas y la naturaleza de la materia oscura. Estudiando los neutrinos, los científicos esperan comprender mejor los orígenes y el futuro del Universo.
El detector JUNO
El detector JUNO es una esfera acrílica de 12 pisos de altura y 35,4 metros de diámetro, lo que lo convierte en el mayor detector transparente jamás construido. El detector está relleno de un centelleador líquido que emite luz cuando los neutrinos interactúan con él, lo que permite a los científicos capturar y analizar estas escurridizas partículas. La construcción de JUNO es un esfuerzo de colaboración en el que participan 17 países y 730 científicos de 74 universidades y laboratorios nacionales.
La finalización del detector JUNO marca un hito importante en el campo de la física de partículas. Se espera que el proyecto, iniciado por la Academia China de Ciencias (CAS) y el gobierno de Guangdong en 2015, proporcione datos valiosos sobre las oscilaciones de neutrinos, lo que podría ayudar a los científicos a comprender mejor las propiedades de los neutrinos y su papel en el universo.
Con la instalación de todo el dispositivo prevista para finales de noviembre, la comunidad científica espera con impaciencia los primeros resultados de JUNO. Los datos recogidos por el detector contribuirán a nuestra comprensión de los componentes fundamentales del universo y pueden conducir a descubrimientos revolucionarios en el campo de la física de partículas.
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