Registran la mayor depredación jamás observada en el océano

Vea También

Imagen representativa de un enjambre de peces. iStock
Imagen representativa de un enjambre de peces. iStock

En la vasta extensión del océano, el antiguo proverbio «la unión hace la fuerza» no siempre se cumple. Observaciones recientes de oceanógrafos del MIT y Noruega han revelado una dinámica sorprendente: los peces que se reúnen en grandes grupos pueden convertirse en objetivos aún más apetecibles para los depredadores. Esta revelación salió a la luz durante un estudio de la época de desove del capelán frente a las costas de Noruega.

Cada febrero, miles de millones de capelanes -un pequeño pez ártico- migran hacia el sur desde el borde de hielo ártico hasta la costa noruega para poner sus huevos. Esta migración coincide con la llegada de su principal depredador, el bacalao del Atlántico. Sin embargo, la escala de esta interacción depredador-presa nunca se había captado plenamente hasta ahora.

El equipo de investigadores, que publicó sus resultados en Communications Biology, utilizó una sofisticada técnica de imagen sónica de área amplia para seguir las interacciones entre el bacalao migratorio y el capelán desovando. Observaron que cuando los capelanes empezaban a agruparse, formaban un banco masivo que abarcaba decenas de kilómetros. Esta agregación creaba un punto de atracción ecológica que, a su vez, atraía a individuos de bacalao. Estos bacalaos formaron su propio cardumen y consumieron rápidamente más de 10 millones de capelanes, más de la mitad de las presas reunidas en el cardumen.

Este dramático acontecimiento, que se desarrolló en unas pocas horas, marca el mayor evento de depredación registrado tanto en términos de número de individuos como de área cubierta. A pesar de la enorme escala de esta depredación, sólo representa el 0,1% de la población total de capelán de la región. No obstante, el cambio climático supone una amenaza importante, ya que el capelán tendrá que nadar más lejos para desovar, lo que aumentará su vulnerabilidad a este tipo de episodios de depredación natural.

El estudio subraya la importancia de vigilar el comportamiento del capelán a escala detallada para mantener la salud de la especie y el equilibrio oceánico. «Estamos siendo testigos de que sucesos de depredación catastróficos pueden alterar drásticamente el equilibrio depredador-presa local en cuestión de horas», afirma Nicholas Makris, catedrático de ingeniería mecánica y oceánica del MIT. «Aunque esto no es un problema para una población robusta con muchos centros distribuidos, la disminución de los puntos calientes debido al clima y al impacto humano podría tener graves consecuencias».

Makris y sus colegas volvieron a analizar los datos de un crucero de 2014 al mar de Barents utilizando el sistema de teledetección Ocean Acoustic Waveguide (OAWRS). Este sistema envía ondas sonoras a través del océano, que rebotan en los objetos y vuelven a los receptores, lo que permite a los científicos crear amplios mapas de los movimientos de los peces. Utilizando una nueva técnica «multiespectral», pudieron diferenciar entre especies basándose en las resonancias acústicas únicas de sus vejigas natatorias.

«Las vejigas natatorias de los peces resuenan como campanas», explica Makris. «El bacalao tiene una resonancia baja parecida a la del Big Ben, mientras que el capelán resuena como las notas altas de un piano». Esta diferenciación permitió al equipo cartografiar las interacciones entre el capelán y el bacalao en una amplia zona.

Los investigadores utilizaron una técnica de cartografía acústica a gran escala para rastrear las poblaciones de capelán, izquierda y bacalao. En el mayor episodio de depredación jamás registrado, los investigadores observaron cómo los capelanes se acercaban a la costa de Noruega, donde un enjambre de bacalaos los alcanzó, consumiendo más de 10 millones de peces en unas pocas horas. Crédito: Nicholas Makris et al
Los investigadores utilizaron una técnica de cartografía acústica a gran escala para rastrear las poblaciones de capelán, izquierda y bacalao. En el mayor episodio de depredación jamás registrado, los investigadores observaron cómo los capelanes se acercaban a la costa de Noruega, donde un enjambre de bacalaos los alcanzó, consumiendo más de 10 millones de peces en unas pocas horas. Crédito: Nicholas Makris et al

El 27 de febrero de 2014, durante el pico del desove del capelán, los investigadores observaron que los capelanes se movían inicialmente de forma individual, pero gradualmente formaban un vasto cardumen a medida que descendían a profundidades más oscuras. «Los capelanes alcanzan una densidad crítica en la que sincronizan su velocidad y dirección, formando un cardumen masivo y coherente», afirma Makris.

Sin embargo, esta formación también atrajo la atención del bacalao, que se amontonó en un banco de unos 2,5 millones de peces. En pocas horas, el bacalao consumió 10,5 millones de capelanes antes de que ambos bancos se dispersaran. Makris cree que este tipo de depredación es frecuente, pero es la primera vez que se documenta a tal escala.

«Esta observación de una interacción depredador-presa a gran escala no tiene precedentes», afirma Makris. «Se trata de una monumental batalla por la supervivencia, en la que los capelanes forman una defensa en forma de ola y los depredadores lanzan un ataque coordinado». El equipo tiene previsto seguir utilizando el OAWRS para estudiar la dinámica de otras especies de peces, lo que pone de relieve la necesidad crítica de realizar esfuerzos de conservación oportunos.

Makris subraya: «Comprender estas interacciones antes de que una población se colapse es crucial. Una vez que desaparece ese último gran banco, la población podría colapsarse, y las presiones a las que se enfrentan no les favorecen». El estudio sirve de crudo recordatorio del intrincado equilibrio de los ecosistemas marinos y del impacto de los cambios medioambientales.

Fuentes, créditos y referencias:

Pednekar, S., Jain, A., Godø, O.R. et al. Rapid predator-prey balance shift follows critical-population-density transmission between cod (Gadus morhua) and capelin (Mallotus villosus). Commun Biol 7, 1386 (2024). doi.org/10.1038/s42003-024-06952-6

Artículo Anterior Artículo Siguiente

Anuncio publicitario

Reciba actualizaciones por Telegram

¡Únete a nuestro canal de WhatsApp para recibir actualizaciones!