¿Es lo mismo Hispanoamérica, Iberoamérica o Latinoamérica?

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¿Nos podemos referir a alguien de Brasil como “iberoamericano” o “latinoamericano”? ¿Es lo mismo un Foro “Iberoamericano” que uno “Latinoamericano”? ¿Son la misma cosa la literatura latinoamericana y la hispanoamericana? ¿Qué tienen que ver Canadá y Francia con el concepto de “latinoamericano”?

Es habitual la confusión entre los términos Hispanoamérica, Iberoamérica y Latinoamérica, que solemos usar como sinónimos sin serlo. Sus orígenes y diferencias conceptuales tienen distintas implicaciones históricas y políticas que han moldeado el uso de cada término.

Hispanoamérica: vínculo lingüístico y cultural

El término Hispanoamérica se refiere a los países de América donde el español es el idioma predominante. Parte de la raíz de Hispania, nombre con el que los romanos llamaron al grueso de la Península Ibérica cuando estuvo bajo su imperio. En términos geográficos, Hispanoamérica incluye a diecinueve países: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico (Estado Libre Asociado de USA), República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

Las naciones que conforman Hispanoamérica comparten ciertas peculiaridades: el idioma español, la religión católica y un legado común de la cultura española.

Debido al gran mestizaje humano en estos países, existen importantes diferencias entre ellos. Cada cultura y lengua indígena, a las que se sumó la cultura de los afrodescendientes, ha dado como resultado muy distintas tradiciones, propiciando que las estructuras políticas y económicas sean muy diferentes. Por ejemplo, México, Cuba o Argentina, aunque son países hispanoamericanos, difieren enormemente en su historia económica, cultural y en la composición étnica de su población.

Iberoamérica: concepto geopolítico

Iberoamérica se refiere tanto a los países de América donde se habla español (19) como al único en el que se habla portugués, es decir, Brasil. Refiere una relación histórica y cultural más amplia.

El concepto de Iberoamérica nace tras la firma, el 7 de junio de 1494, del Tratado de Tordesillas por los Reyes Católicos y Juan II de Portugal. Supone una nueva línea de demarcación que dividía el mundo entre España y Portugal. Es fundamental para entender la historia americana.

También tiene gran diversidad cultural y étnica. La región ha sido moldeada por las poblaciones indígenas precolombinas, las influencias europeas y las africanas. Esta mezcla de culturas ha generado una rica variedad de expresiones artísticas, religiosas y sociales.

En términos étnicos, unos países iberoamericanos, como México y Guatemala, tienen una gran población indígena; otros, como Brasil y Cuba, tienen una mayor influencia africana; mientras que en Argentina y Uruguay, la mayoría de la población es de ascendencia europea.

En términos políticos es un concepto crucial en las relaciones internacionales de la región. Muchos foros internacionales y organizaciones, como la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), se reúnen en torno al concepto de Iberoamérica, que tiene una carga tanto política como cultural y lingüística.


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Latinoamérica: construcción decimonónica

El término Latinoamérica debería abarcar a todos los países y territorios de América donde se hablan lenguas derivadas del latín, es decir, español, portugués y francés. Esto incluye no solo a los países de Hispanoamérica y Brasil, sino también a Haití, que tiene el francés como lengua oficial, y a las colonias de ultramar francesas, como la Guayana Francesa y Guadalupe.

Del mismo modo que debería comprender también a los restantes territorios en los que se habla español, portugués y francés en Norte América. Nos referimos a Luisiana, Maine, Nuevo Hampshire y Vermont de EE. UU., donde el francés es el segundo idioma; pero también a Ottawa, Winnipeg y, sobre todo, la provincia de Quebec, en Canadá.

En cierto modo el concepto más amplio de los tres y se usa para hacer referencia a una región que comparte rasgos lingüísticos, históricos y culturales; aunque es enormemente diversa en términos de religión, etnicidad y sistemas políticos.

Origen francés del término

El uso del término Latinoamérica se popularizó en el siglo XIX, a partir del discurso de intelectuales y políticos franceses, sobre todo del economista Michel Chevalier (1806-1879), quien promocionó la idea de que Francia tenía una “misión civilizadora” y de protección de la herencia latina en América.

Poco después, el discurso fue asumido por el chileno Francisco Bilbao, quien propuso el uso de Latinoamérica en 1856 y por el colombiano José María Torres Caicedo en su obra Las dos Américas“ (1857). Ambos autores eran residentes en Francia.

Contrarrestar la influencia de EE UU

Michel Chevalier desarrolló y expandió la idea del papel natural y legítimo de Francia en el continente americano para contrarrestar la creciente influencia anglosajona, en particular de Estados Unidos. Esta visión era coherente con los intereses del emperador Napoleón III, quien deseaba expandir la influencia de Francia y establecer nuevas alianzas comerciales y políticas.

La idea de que las naciones con lenguas romance compartían con Francia una herencia común justificó [la intervención francesa en México].

Un concepto neocolonial

La palabra Latinoamérica nace imbuida de los ideales del neocolonialismo decimonónico. Las personas de habla francesa de EE UU y Canadá quedan fuera de la denominación de latinoamericano, mientras que sí lo están las personas de habla española de La Florida, Nuevo México, Texas o Nueva York, entre otros. Esto confirma que el término está vinculado a una identidad mestiza y no blanca, más que a la herencia de la lengua y la cultura latina. Comportan dimensiones culturales, sociales, económicas, políticas y raciales.

Para algunos sectores, identificarse como "latinoamericano” puede percibirse como la aceptación de una etiqueta colonialista, que prioriza las influencias europeas por encima de las identidades indígenas y afrodescendientes, invisibilizando las contribuciones de estos grupos étnicos a la rica y mestiza cultura americana.

The Conversation

Carmen Márquez Montes no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.



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