Política y Sociedad 2024: el año de las mentiras

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Roman Samborskyi/Shutterstock

Siempre he confesado mi envidia y debilidad por la vida y obra de Manu Leguineche, maestro de periodistas, autor de libros tan imprescindibles como El camino más corto, informador de esos que antes llamaban “de raza” y hombre educado, humilde y cultísimo. “El mundo no se arregla solo, necesita periodistas que lo expliquen y lo hagan comprensible”, dijo alguna vez. En un año como el 2024, un Leguineche –fallecido en 2014– en sus tiempos de frenética actividad reporteril no habría descansado ni un instante.

2024 ha sido convulso para la sección de Política y Sociedad. Mucho. Enumerar los cientos de acontecimientos de interés nacional e internacional que han ocurrido y que han pasado por las pantallas de nuestros ordenadores o nuestros móviles sería hoy una tarea muy compleja. Pero desde The Conversation hemos intentado que nuestros lectores recibieran información sobre la mayoría de ellos desde distintos ángulos. Porque queríamos que expertos en diferentes temas y nuestros ojos periodísticos, juntos y trabajando en compenetración absoluta, les explicaran y les hicieran comprensible ese mundo del que hablaba Leguineche.

Desde las elecciones en Estados Unidos hasta los Juegos Olímpicos de París; de los muertos y los destrozos ocasionados por la dana en España al juicio a los violadores de la francesa Gisèle Pelicot; de la carta del presidente de España, Pedro Sánchez, con la que comenzó tres días de reclusión, a las elecciones al Parlamento Europeo.

Guerras que no acaban

Las guerras siguen. La de Ucrania continua tristemente desde febrero de 2022, pero este año el conflicto árabe-israelí ha sido el que más daño ha causado con la invasión de Israel del sur del Líbano y con la de Siria nada más caer el régimen de Bassar al Asad. Israel llevó a cabo una incursión militar en territorio sirio alegando amenazas de grupos terroristas. Este conflicto añadió aún más inestabilidad y violencia a una región ya marcada por ellas.

El Tribunal Penal Internacional emitió este año una orden de detención contra el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, pero lejos de ser detenido, y con la seguridad que le da que ningún país haya conseguido frenarle, ordenó a los servicios secretos que atentaran contra los milicianos de Hezbolá en el Líbano activando la explosión dispositivos electrónicos en Siria y el Líbano. ¿Lo recuerdan? A muchos seguro que ya se les había olvidado cómo decenas de explosiones simultáneas en buscas y otros aparatos despertaron al mundo en el mes de septiembre.

Israel ha matado ya a más de 44 000 personas solo en la Franja de Gaza desde que comenzó la guerra en octubre de 2023 y se ha jactado también de asesinar a sus principales enemigos: el líder de Hamás, Ismail Haniya; su sucesor, Yahya Sinwar, y el líder de Hezbolá, Hasan Nasralá. Ha extendido ya el terror en toda la zona y el mundo observa desde la distancia y casi la pasividad cómo más de 16 000 niños, según datos de la ONU, han muerto ya. La población entera de un municipio como Fuenterrabía. Casi nada.

Biden se fue y llegó Trump

Este año vivimos también la retirada de Joe Biden en su carrera hacia la presidencia de EE. UU. y la derrota de su sucesora, Kamala Harris. En noviembre, Donald Trump logró una sorpresiva victoria en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, regresando a la Casa Blanca tras una campaña centrada en el proteccionismo económico, el endurecimiento de las políticas migratorias y la seguridad nacional.

Su vuelta estuvo marcada por atentados fallidos en su contra durante actos públicos en Míchigan y Texas, lo que elevó las tensiones políticas internas y reforzó su discurso sobre la seguridad nacional. El mundo entero asistió atónito a su retirada triunfal con el puño en alto y la oreja ensangrentada del escenario de Butler (Pensilvania) donde se encontraba dando un mitin. Seguramente ya se veía ganador.

Cartas de defensa y elecciones en Europa

En España, Pedro Sánchez sorprendió al país con una carta abierta en la que defendía su gestión y anunciaba reformas clave para fortalecer la democracia y combatir la polarización. Corría el mes de abril. Su mensaje, publicado en medio de la creciente presión política, buscó consolidar su liderazgo.

Dos meses después, en junio, tuvieron lugar las elecciones al Parlamento Europeo, que reflejaron un giro hacia la ultraderecha, con partidos nacionalistas y euroescépticos ganando terreno. Este cambio generó debates sobre el futuro de la Unión Europea y las políticas migratorias y evidenciaron un descontento social que se tradujo en el fortalecimiento de discursos populistas y en la convocatoria de elecciones en Francia.

A principios de julio, Keir Starmer llevó al Partido Laborista en el Reino Unido hacia una histórica victoria en las elecciones generales, poniendo fin a más de una década de gobiernos conservadores. Su campaña, centrada en la recuperación económica, el fortalecimiento del sistema de salud y la lucha contra la desigualdad, resonó con los votantes y marcó un cambio de dirección política.

Los Juegos Olímpicos nos levantan el ánimo

En medio de la tensión global, los Juegos Olímpicos de París trajeron un respiro y un sentido de unidad internacional. La espectacular ceremonia de inauguración reunió a millones de personas, entre las que estaban presentes junto al río Sena en París y quienes la vieron por televisión. No hubo incidentes en un evento en el que las medidas de seguridad fueron extremas tras algunas amenazas de atentados.

De aquellos juegos, además del recuerdo de las actuaciones de Lady Gaga o Céline Dion y de la imagen de Rafa Nadal portando la antorcha nos quedan otras como la del tirador turco Yusuf Dikec apuntando su pistola al blanco con la misma tranquilidad y parsimonia con la que se espera el turno en la panadería. Los memes le hicieron, sin duda alguna, mucho más popular que su medalla de plata.

Dos juicios nos han mantenido pegados a la información este año. El de Daniel Sancho por el asesinato y descuartizamiento en Tailandia del colombiano Edwin Arrieta acaparó titulares internacionales. Finalmente, fue condenado a cadena perpetua. Su proceso estuvo marcado por el sensacionalismo mediático, las especulaciones sobre los motivos del crimen y las noticias falsas, esas a las que ya nos estamos habituando.

En Francia, el juicio contra los violadores de Gisèle Pelicot conmocionó a la opinión pública europea. El caso reavivó el debate sobre la violencia de género y la necesidad de reformas judiciales para garantizar la protección de las víctimas. La sentencia, que condenó a los acusados a penas de prisión ejemplares, fue vista como un paso hacia la justicia y la igualdad. Hoy el rostro de Pelicot se ha hecho viral y podemos verlo en muros, camisetas y fotos de perfil de WhatsApp.

Datos reales e inventados

Dejamos atrás el año 2024 con el dolor que ha causado la herida provocada por la dana en España. 227 personas perdieron la vida en parte por una catástrofe mal gestionada, en parte por un fenómeno climatológico que llegó más lejos de lo que nadie esperaba. Esa cifra es la real, la oficial, a pesar de que muchos propagadores de bulos aseguren que las autoridades ocultan más muertos.

La dana nos ha puesto de manifiesto muchas realidades en España. La primera de ellas, la existencia del cambio climático. Pero otra ha sido la existencia también de una gran lacra en la sociedad: la desinformación y la aparición de unas teorías de la conspiración tan rocambolescas que jamás habríamos pensado que podrían aflorar.

Sin embargo, gracias a la dana y al flujo incesante de noticias falsas gran parte de la sociedad se ha dado cuenta de la necesidad de fortalecer la alfabetización mediática y de combatir la desinformación con el arma de la verdad que nos dan las fuentes fiables.

Nosotros, desde The Conversation, llevamos años luchando contra ella y enarbolamos la veracidad como la bandera que nos guía. La desinformación está dividiendo peligrosamente al planeta y socavando la confianza en las instituciones y haremos todo lo posible siempre para combatirla.

Por eso crucial que los ciudadanos desarrollen un pensamiento crítico, que desaparezcan los seudomedios y que todos los medios de comunicación serios se comprometan a ofrecer información veraz. Como lo han hecho siempre los grandes periodistas. Como lo hizo, claro que sí, Manu Leguineche.

Ojalá nosotros también les hayamos ayudado, como él, a comprender mejor el mundo.

The Conversation

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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