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Vista ampliada del objetivo, BD+05 4868 A, y su compañera binaria más débil, BD+05 4868 B, situada 3,0′′ al noreste. Crédito: arXiv (2025). DOI: 10.48550/arxiv.2501.05431 |
La reunión de 2025 de la Sociedad Astronómica Estadounidense aportó revelaciones revolucionarias sobre la destrucción planetaria. Dos equipos independientes de astrónomos de Penn State y el MIT anunciaron hallazgos extraordinarios sobre planetas rocosos que se desintegran bajo el calor extremo de sus estrellas anfitrionas. Estos descubrimientos, realizados a partir de datos del telescopio espacial James Webb (JWST) y del satélite TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite), proporcionan información sin precedentes sobre el interior de los planetas y su destino final.
La mayoría de los exoplanetas presentan tránsitos simétricos y periódicos, con periodos orbitales que abarcan semanas o meses. Sin embargo, existe una categoría poco común, conocida como planetas de periodo ultracorto (USP, por sus siglas en inglés), que orbitan su estrella anfitriona en tan sólo unas horas. Unos pocos de estos planetas experimentan condiciones tan extremas que sus superficies se evaporan, desprendiéndose de masa y formando colas de polvo similares a las de los cometas. Estos «planetas en desintegración» ofrecen a los astrónomos una oportunidad única para estudiar el interior de los planetas a medida que su material es expulsado al espacio.
El equipo de investigación de Penn State se centró en K2-22b, un planeta identificado inicialmente por la nave espacial Kepler. K2-22b orbita su estrella cada 9,1 horas a una temperatura de 2.100 K, lo suficientemente caliente como para vaporizar hierro y rocas.
Utilizando el espectrógrafo de infrarrojo medio (MIRI) del JWST, los investigadores analizaron el material en desintegración del planeta. Sorprendentemente, sus observaciones apuntaron a la presencia de dióxido de carbono (CO2) y óxido nítrico (NO), compuestos más comúnmente asociados a cuerpos helados como los cometas que a mantos planetarios rocosos.
«Este descubrimiento es realmente extraordinario», afirma Nick Tusay, autor principal y estudiante de doctorado en Penn State. «Estos planetas están literalmente derramando sus entrañas en el espacio, dándonos una oportunidad sin precedentes para analizar los interiores planetarios».
Jason Wright, coautor y profesor de Astronomía y Astrofísica en Penn State, añadió: «Hemos encontrado un planeta a cientos de años luz que está exponiendo su interior de una forma que nos permite estudiarlo directamente. Es una oportunidad única y fortuita».
Mientras tanto, el equipo del MIT descubrió con TESS BD+05 4868 Ab, el planeta que se desintegra más rápidamente y más cerca se ha encontrado hasta la fecha. Este planeta presenta una inmensa cola de polvo de unos 9 millones de kilómetros de longitud, suficiente para rodear más de la mitad de su órbita de 30,5 horas.
«Las colas de polvo de BD+05 4868 Ab son las más prominentes jamás observadas», afirma Marc Hon, autor principal e investigador postdoctoral del MIT. «Su tasa de evaporación es absolutamente catastrófica, y estamos presenciando los momentos finales de un planeta moribundo».
Cabe destacar que la estrella anfitriona de BD+05 4868 Ab es unas 100 veces más brillante que la de K2-22, lo que la convierte en una candidata ideal para futuros estudios. Avi Shporer, coautor y científico investigador del Instituto Kavli del MIT, destacó la importancia de este descubrimiento: «Hasta ahora, todos los planetas desintegradores conocidos orbitaban alrededor de estrellas débiles, lo que dificultaba su estudio. BD+05 4868 Ab proporciona un punto de referencia crucial».
Dada la importancia de sus hallazgos, ambos equipos han propuesto nuevas observaciones de BD+05 4868 Ab con el JWST para refinar su análisis. Estudiando el material evaporado del planeta con mayor detalle, los astrónomos esperan desvelar más secretos sobre la composición planetaria y la evolución atmosférica.
«Esta investigación ha validado un enfoque novedoso para estudiar los interiores planetarios», afirma Shporer. «Con JWST, estamos abriendo la puerta a una nueva era de la ciencia exoplanetaria».
Nick Tusay et al, A Disintegrating Rocky World Shrouded in Dust and Gas: Mid-IR Observations of K2-22b using JWST, arXiv (2025). DOI: 10.48550/arxiv.2501.08301