El planeta enano Ceres podría haber recibido material orgánico de objetos espaciales

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Superficie del planeta enano Ceres. Los yacimientos de material orgánico se muestran como o en recuadros rojos. La gran mayoría de los yacimientos se encuentran cerca del cráter Ernutet, en el hemisferio norte. Crédito: MPS
Superficie del planeta enano Ceres. Los yacimientos de material orgánico se muestran como o en recuadros rojos. La gran mayoría de los yacimientos se encuentran cerca del cráter Ernutet, en el hemisferio norte. Crédito: MPS

El planeta enano Ceres, situado en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, sigue fascinando a los científicos por sus características geológicas únicas y su enigmática composición. Un reciente estudio publicado en AGU Advances ha arrojado nueva luz sobre el origen de los materiales orgánicos hallados en su superficie, sugiriendo que pueden haber sido transportados por asteroides desde los confines del cinturón de asteroides. Esta investigación pionera, dirigida por el Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar (MPS), utilizó inteligencia artificial (IA) para analizar los datos de la nave espacial Dawn de la NASA, ofreciendo nuevas perspectivas sobre la historia geológica de Ceres y su potencial para albergar vida.

Las moléculas orgánicas, compuestas principalmente de carbono e hidrógeno, son componentes clave en el desarrollo de entornos favorables a la vida. Estos compuestos, conocidos como hidrocarburos alifáticos, se han descubierto en varios cuerpos celestes, incluidos objetos transneptunianos, cometas y asteroides. El último estudio sobre Ceres aporta pruebas convincentes de que su material orgánico no es nativo, sino de origen exógeno, traído al planeta enano por el impacto de asteroides.

La nave espacial Dawn, que orbitó Ceres de 2015 a 2018, fue decisiva para identificar zonas de la superficie ricas en compuestos orgánicos. Estos materiales reflejan la luz de manera distinta, lo que permite a los científicos localizarlos con precisión mediante herramientas espectrométricas avanzadas. Sin embargo, el reto reside en determinar la composición molecular exacta y el origen de estos compuestos.

Por primera vez, los investigadores emplearon la IA para analizar sistemáticamente toda la superficie de Ceres en busca de material orgánico. Los resultados revelaron que estos compuestos se concentran en torno al cráter Ernutet, en el hemisferio norte, y que sólo existen unas pocas manchas en otros lugares. Cabe destacar que ninguno de estos depósitos presenta signos de actividad criovolcánica o tectónica, como zanjas, cañones o chimeneas volcánicas. Esta ausencia de actividad geológica sugiere que los compuestos orgánicos no fueron producidos o transportados desde el interior de Ceres.

Ceres es un mundo criovolcánico, en cuya superficie se filtra ocasionalmente agua salobre. Inicialmente, los científicos plantearon la hipótesis de que este criovolcanismo podría haber transportado materiales orgánicos desde el subsuelo del planeta. Sin embargo, la ausencia de materia orgánica cerca de las zonas criovolcánicas pone en duda esta hipótesis. En su lugar, el estudio postula que los asteroides procedentes del cinturón exterior de asteroides probablemente introdujeron el material orgánico.

Las simulaciones por ordenador indican que los impactos a baja velocidad de estos asteroides vecinos podrían depositar compuestos orgánicos sin generar un calor excesivo, que podría destruir las frágiles moléculas. Esta teoría concuerda con las observaciones, ya que las regiones con depósitos orgánicos carecen de indicios de impactos de alta energía.

El descubrimiento de materiales orgánicos exógenos en Ceres tiene importantes implicaciones para comprender la distribución de los componentes básicos de la vida en el Sistema Solar. Los asteroides y otros cuerpos celestes pequeños actúan como sistemas de transporte cósmicos que pueden aportar compuestos orgánicos a planetas y lunas. Aunque es probable que los compuestos orgánicos detectados en Ceres procedan de fuentes externas, la presencia de un depósito de salmuera bajo la superficie plantea la tentadora posibilidad de que también existan materiales orgánicos autóctonos, a la espera de una futura exploración.

Aunque la nave Dawn proporcionó datos muy valiosos, sus limitaciones a la hora de detectar una gama más amplia de moléculas orgánicas dejan muchas preguntas sin respuesta. Una futura misión terrestre equipada con instrumentación avanzada podría profundizar en la subsuperficie de Ceres, buscar compuestos orgánicos autóctonos y evaluar su potencial de habitabilidad.

Fuentes, créditos y referencias:

R. Sarkar et al, Ceres: Organic‐Rich Sites of Exogenic Origin?, AGU Advances (2025). DOI: 10.1029/2024AV001362

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