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Las costas del mar del Norte miran a un paisaje prehistórico sumergido, conocido como Doggerland, una masa continental donde caminaron los primeros homínidos que llegaron al norte de Europa.
Donde hoy hay mar, pastaban mamuts lanudos, rinocerontes, caballos y renos. Hablamos del entorno en el que Krijn, el primer neandertal de Doggerland, vivió sus últimos días. Y el lugar donde encontramos puntas de lanza y arte prehistórico, restos asociados a ocupaciones de Homo sapiens. Fue habitado durante miles de años y pasó por diferentes eras glaciares.
Insólitos hallazgos de los pescadores
Descubrir, describir y poner en el contexto de la prehistoria en Europa este hallazgo no está siendo una tarea sencilla. El interés arqueológico por la zona existe desde el inicio del siglo XX.
Antes, desde 1874, ya hay registro de que los pescadores del mar del Norte localizaban restos de mamíferos de la Edad del Hielo en sus redes. Junto a la pesca, aparecieron restos óseos de mamuts y leones, y piedras talladas como herramientas o armas.
Fue el paleontólogo holandés Dick Mol, especialista del Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITIES), quien al ver los descubrimientos de los pescadores tuvo una gran idea. Les pidió que anotasen las coordenadas de los lugares de donde procedían.
En 1985, un capitán de barco entregó a Mol una mandíbula humana. El resto óseo se llevó a datar con radiocarbono, que determinó una antigüedad de 9 500 años. Mol y su equipo tenían entre manos los restos de un individuo del Mesolítico.
Recordemos que el Mesolítico es el periodo que transcurre entre el Paleolítico y Neolítico. Es decir, entre una época de cazadores y recolectores nómadas y el momento en que los grupos humanos se hacen sedentarios –y, por tanto, agricultores y ganaderos–.
Un mundo sumergido
Pero ¿cómo acabó todo ese territorio bajo el agua? El estudio de las glaciaciones que afectaron a Doggerland evidencia un continuo aumento del nivel del mar. Al principio, sus habitantes salvaron la situación desplazándose al interior. Hasta que esta masa continental quedó reducida a una isla.
Actualmente, los estudios en paleotopografía, modelos del territorio y modelos hidrológicos son fundamentales para entender eventos de este tipo. Gracias a ellos, en 2020, Gaffney y su equipo describieron el tsunami de Storegga en el mar del Norte.
Se trató de uno de los tsunamis más grandes conocidos del Holoceno, originado por un deslizamiento de tierra submarino en la costa noruega. Como consecuencia, Gran Bretaña se separó definitivamente del continente.
Pero, en el proceso, hubo una gran zona de deslizamiento que llegó incluso al interior. Los estudios sobre su impacto están sirviendo para explicar la ausencia de evidencias arqueológicas in situ.
Ese mismo año, James Walker, también de la Universidad de Bradford, encabezó la publicación donde se determina el momento crítico de la inundación: alrededor del 6200 a. e. c.. Esto provocó que el Mesolítico de Gran Bretaña y el de Doggerland fueran diferentes.
Tras el tsunami de Storegga
Doggerland no fue cubierto en su totalidad en este evento; incluso, llegó a recuperarse temporalmente. Sin embargo, las evidencias sugieren que el paisaje costero tras el tsunami quedó muy modificado. Sus habitantes tuvieron que enfrentarse a una complicada situación, buscar refugio al interior y reorganizar todos los asentamientos, por muy temporales que fuesen.
Se contempla la posibilidad de que parte de Doggerland y del archipiélago sobrevivieran mucho más allá del tsunami. Esto explicaría que tuvieran ocupación neolítica y mesolítica. Además, nos sirve hoy en día para estudiar transiciones en los modos de vida durante estos periodos en diferentes enclaves del mar del Norte.
Las poblaciones del norte de Doggerland eran sociedades con una economía basada en los recursos del mar. Pero las modificaciones costeras les obligaron a considerar migraciones e interacciones con las poblaciones de interior.
Estos contactos han sido, precisamente, uno de los argumentos esgrimidos para explicar el retraso de la agricultura de la región, mientras el mar permanecía como fuente de importantes recursos.
Final bajo las profundidades marinas
El tsunami acontecido hace unos 8 100 años no fue el único evento. En las mismas fechas, también se ha documentado que hubo rápidos cambios en el nivel del mar, debido a la deglaciación de la capa de hielo Laurentino y el agua procedente del drenaje de grandes lagos glaciares.
Por tanto, el nivel del mar había aumentado mucho antes del tsunami. Pero este provocó tal impacto en el paisaje que motivó el desplazamiento de las poblaciones mesolíticas. Al final, quedó totalmente sumergido en el 6200 a. e. c..
Así, la rica vida que acontecía, durante el Mesolítico, en la masa de tierra que unía la costa este británica, Países Bajos, Alemania y Dinamarca, quedó en suspenso bajo el mar.
Se ha intentado explorar Doggerland con submarinismo, pero la visibilidad es muy mala. En los últimos diez años, se han realizado decenas de expediciones que han permitido describir zonas con más o menos restos. Asimismo, se han extraído un número de fósiles suficientes para determinar cambios fundamentales durante Paleolítico.
En el último trabajo de Dick Mol, realizado junto a profesores de las universidades de Ámsterdam y Groninga, en 2023, se han cruzado más de trescientas fechas de radiocarbono de estos fósiles que, unidos a estudios de isótopos de oxígeno, han evidenciado los cambios en la densidad de vegetación y de mamíferos durante la última edad de hielo.
Con todo ello, aún quedan sin duda nuevos e interesantes interrogantes, pues apenas se conocen de 13 a 40 metros por debajo del nivel del mar.
En la línea de los 23-26 metros, encontramos una rica capa de huesos. Más abajo, existe un estrato con fauna interglacial que incluye hipopótamos y elefantes de colmillos rectos.
Habrá que seguir atentos, por tanto, a todas las noticias sobre Doggerland para completar el escenario paleolítico del norte de Europa.
Cristina de Juana Ortín no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.