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Vista artística de uno de los cuatro planetas que orbitan alrededor de la estrella de Barnard. Crédito: Observatorio Internacional Gemini / NOIRLab / NSF / AURA / R. Proctor / J. Pollard. |
Los astrónomos han descubierto cuatro pequeños planetas en órbita alrededor de la estrella de Barnard, el segundo sistema estelar más cercano a la Tierra. Cada planeta tiene una masa comprendida entre el 20% y el 30% de la de la Tierra y completa una órbita en sólo unos días, lo que indica que probablemente son demasiado calientes para albergar vida.
La estrella de Barnard, una enana M situada a unos seis años luz, ha sido durante mucho tiempo un objetivo en la búsqueda de exoplanetas debido a su proximidad y a su naturaleza solitaria. Estudios anteriores habían sugerido la presencia de al menos un planeta; esta nueva investigación confirma la existencia de cuatro.
«Es un hallazgo realmente emocionante: la estrella de Barnard es nuestra vecina cósmica y, sin embargo, sabemos tan poco sobre ella», afirma Ritvik Basant, estudiante de doctorado de la Universidad de Chicago y primer autor del estudio. «Supone un gran avance gracias a la precisión de estos nuevos instrumentos respecto a generaciones anteriores».
El descubrimiento se realizó utilizando el instrumento MAROON-X del telescopio Gemini de Hawai. Este dispositivo detecta el ligero tirón gravitatorio que los planetas ejercen sobre sus estrellas anfitrionas, causando un «bamboleo» medible. Durante tres años, los científicos recogieron datos en 112 noches, lo que permitió identificar estos cuatro planetas.
La proximidad de estos planetas a la estrella de Barnard provoca altas temperaturas en su superficie, lo que los hace inhóspitos para la vida tal y como la conocemos. Sin embargo, el descubrimiento demuestra la capacidad de los instrumentos modernos para detectar pequeños exoplanetas del tamaño de la Tierra alrededor de estrellas cercanas.
«Observamos a distintas horas de la noche en días diferentes. Ellos están en Chile y nosotros en Hawai. Nuestros equipos no se coordinaron en absoluto», dijo Basant. «Eso nos da muchas garantías de que no se trata de fantasmas en los datos».
Este hallazgo mejora nuestra comprensión de los sistemas planetarios en torno a estrellas enanas M y abre vías para futuras investigaciones sobre la formación y las características de dichos planetas.