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Planeta sub-Neptuno (8,4 veces la masa de la Tierra) descubierto el 4 de abril. Crédito de la foto: NASA/JPL-Caltech |
En un hallazgo reciente que refuerza el ritmo acelerado de descubrimientos en astronomía, un equipo internacional de científicos ha identificado un nuevo exoplaneta de tipo sub-Neptuno orbitando una estrella relativamente cercana a nuestro sistema solar. El planeta, bautizado como GI 410 b, fue detectado gracias al método de velocidad radial, una técnica cada vez más refinada para encontrar mundos fuera de nuestro sistema.
La estrella anfitriona, GI 410, se encuentra a tan solo 39 años luz de la Tierra y tiene aproximadamente la mitad de la masa y el tamaño del Sol. Además, es una estrella bastante joven: con una edad estimada de 480 millones de años, forma parte de una generación estelar que apenas comienza su evolución.
El planeta descubierto, GI 410 b, posee una masa mínima de 8.4 veces la de la Tierra y completa una órbita alrededor de su estrella en apenas 6.02 días terrestres, lo que indica una proximidad extrema de apenas 0.053 unidades astronómicas (es decir, unas 20 veces más cerca que la Tierra del Sol).
Debido a esa cercanía, se estima que GI 410 b recibe más de 20 veces la radiación solar que llega a nuestro planeta, lo que podría tener efectos importantes sobre su atmósfera, si es que posee una. Sin embargo, como no transita frente a su estrella desde nuestra perspectiva, su radio y composición atmosférica aún no pueden determinarse con precisión.
La detección fue posible gracias a la combinación de observaciones realizadas con el espectropolarímetro SPIRou en el Telescopio Canadá–Francia–Hawái (CFHT) y el espectrógrafo SOPHIE en el Observatorio de Alta Provenza. Ambos instrumentos permitieron captar señales claras y periódicas en las velocidades radiales de la estrella, lo que confirmó la presencia del planeta.
Además de GI 410 b, los investigadores detectaron señales tentativas de otros dos posibles planetas en el mismo sistema, con periodos orbitales de 2.99 y 18.7 días, aunque aún se requieren más observaciones para confirmar si se trata efectivamente de nuevos cuerpos planetarios.
Este descubrimiento no solo añade otro mundo al creciente catálogo de exoplanetas, sino que también abre una ventana al estudio de sistemas planetarios jóvenes, clave para entender cómo se forman y evolucionan los planetas en sus primeros millones de años.